Entre los blancos confirmados figura la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, uno de los ejes del desarrollo atómico de Irán.
En una ofensiva sin precedentes, el Ejército israelí bombardeó esta madrugada más de un centenar de objetivos estratégicos en Irán, incluyendo instalaciones nucleares y figuras clave del alto mando militar persa. El ataque, que involucró a 200 aeronaves, se da en medio de una escalada de tensiones por el programa nuclear iraní.
Entre los blancos confirmados figura la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, uno de los ejes del desarrollo atómico de Irán. Según fuentes oficiales israelíes, la operación “continuará todo el tiempo que se considere necesario”.
El impacto del bombardeo fue devastador. Fallecieron altos jefes militares iraníes, incluido el general Mohamad Hosein Baqerí, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, y el general Hossein Salamí, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria. También murió el general Gholam Ali Rashid, al mando de la base aérea Khatam ol-Anbiya.
Además, seis científicos nucleares iraníes perdieron la vida, al igual que varios civiles en zonas residenciales del norte de Teherán, según informes de medios locales. El asesor del líder supremo, Ali Shamkhani, se encontraría en estado crítico.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar y la comunidad diplomática observa con creciente preocupación los alcances de esta ofensiva. El gobierno iraní aún no ha emitido una declaración oficial completa, pero se espera una respuesta contundente en las próximas horas.